viernes, 22 de junio de 2012

Dos Marilyn en el cuerpo de una



 Por: Mauricio García

Belleza, sensualidad y dulzura son los adjetivos que componen “al personaje de Marilyn Monroe”. Hoy luego de 50 años desde su partida, el arte que la llevó a lo más alto de la fama mundial recoge un fragmento de su vida en la película: My Week with Marilyn. Un film sin dudas rico por las diferentes historias que se cuentan, pero también por dejar al descubierto a la industria del cine más grande del mundo: Hollywood, máquina creadora de personajes. Esto queda claro en el transcurso de las escenas ya que en muchos de los momentos se puede observar a una Marilyn presionada, forzada e incluso hostigada por las miradas de los demás. Pero eso no importaba, ella no importaba, su belleza era igual a dinero, sexo y fama.
Lejos de las luces, flashes y autógrafos ella podía ser Norma Jeane Mortenson. Una mujer como una historia particular también: una infancia huérfana de padres, inestabilidad familiar y falta de afecto. Por ello, como se puede apreciar en la película, Marilyn buscaba despojarse del personaje que habían construido en ella y obtener esa tranquilidad que a ella le faltaba; a pesar, que al obtenerla inmediatamente también recordaba que su mundo era estar frente a una cámara, poder vivir. La actuación, el baile, el canto eran sus grandes paciones y no podía vivir sin ellos. Aunque éstos aún no estaban preparados o no entendía su forma de interpretar. La chica del lunar sobre su labio era espontánea, al momento de hacer lo que le gustaba, y es por eso que le costaba tanto hacer las cosas como sus productores se lo indicaban. Sin embargo, al final lograba combinar estas dos —espontaneidad y reglas de los productores— y el resultado era sin precedentes.
 La sex symbol  americana de los años 50 pone en manifiesto algo que sucede muchas veces en la vida de personajes famosos: la existencia de dos personajes en la vida de una sola persona. Esto muchas veces ha generado la muerte — como en el caso de Marilyn o Amy Winehouse, pues es un peso difícil de llevar: no es nada fácil convertirte en un holograma deseado por todos, con el costo de dejar de ser tú mismo. Marilyn se aferró a los somníferos y Amy a las drogas— entre otros conocidos casos—, todo esto para evadir esa realidad que en el fondo les hace daño, pero que es imposible de evitar. No pueden vivir sin ella, con sus excesos y sus carecían.

Esto no es exclusivo de personajes famoso. Todos muchas veces hemos asumido un personaje para una determinada ocasión, esa experiencia  puede ser incómoda  en la mayoría de los casos; si eso se forma una constante, como en el en caso de las artistas, antes comentadas, los resultados suelen ser muchas veces lamentables. En la actualidad, miles de campañas en busca de concientizar las personas  del hecho de ser autenticas y con una personalidad definida, nacen todos los días en contraparte al mundo actual:  bipolar y cambiante.



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